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Encuentro de los territorios resistentes en Europa y en el Mediterraneo: lea la llamada…

Llamada para un meeting transnacional de las luchas por el derecho a la vivienda y a un ingreso digno, y de las experiencias de ayuda mutua.

No vamos a regresar. Por un espacio común de solidaridad y conflicto.

Europa se ha desmoronado, masticada por las fauces de las finanzas globales y por los gobiernos obedientes que aseguran el orden por los pocos que mandan mientras l@s otr@s producen, encadenad@s a una situación de precariedad que se arria y mantiene todos en sus puestos. El gran engaño de la crisis pesa como un peñasco en las espaldas de l@s que viven explotados, desenvolvendose cada días para llegar a la fin del mes.

Para salir de esa situación nos han dicho que hay un solo camino (otra vez “there is no alternative”): lo de la austeridad, o sea de la destrucción progresiva del welfare y de la contemporánea crecida desmesurada que afecta la gran mayoría de la población. Ahora masticamos los frutos amargos de esa receta del “rigor”.

El neoliberalismo nos ha puesto en frente a su fracaso, sin embargó identificar un enemigo común va a ser muy complicado.

Los estados nacionales cuentan para nada en frente al poder de las financias globales; los confinos existen sólo en su papel de reguladores del flujo del trabajo migrante; Europa, erigida a fortaleza, está quemada por los conflictos donde se juegan en nuestra piel los intereses del los poderosos.

Nacionalismo y peligrosos retornos reaccionarios actúan en el discontento del los que sufren, transformando el odio por el Banco Central Europea, por las instituciones tecnocraticas de la Unión, por Merkel y el directorio político europeo. Y en ese contexto construyen la posibilidad que lo horizonte de un mundo más justo a través el conflicto social por la igualdad sea suplantado por la carta de reserva del poder: el retorno multiforme del fascismo, el mito de las pequeñas y grandes patrias.

Si hay algo claro en todo eso es que la crisis neoliberalista y sus recetas de austeridad y sufrimiento, así como el retorno al nacionalismo como otra salida, en realidad van a recorrer el mismo camino y nos llevan en la misma dirección: la cancelación de derechos y libertades en escala global.

Después años en los que, de las revueltas africanas a las acampadas españolas hasta la resistencia turca, hemos visto en el espacio europeo y mediterráneo exploder la rabia de l@s que no quieren aceptar más la dictadura financiera, se advierte más que nunca la exigencia de espacios de relaciones y luchas comunes. Pensamos que ha llegado la hora de buscar junt@s el camino que tenemos que seguir, porque de una cosa estamos seguros: no vamos a regresar, no es mirando a un pasado de falta de derechos que vamos a salir de la crisis.

No tenemos la intención de dejar la victoria a los que avivan las llamas de la guerra entre los pobres, ocultando la vista de los que buscan el verdadero enemigo, transformando la lucha contra el poder en una lucha fratricida del vecino contra el vecino, de los autóctonos contra los migrantes, del los pequeños propietarios contra los desahuciados, de los que esperan en una casa popular contra l@s que ocupan una vivienda vacía… Y también de un país contra el otro. Ellos han preparado cuidadosamente el campo de batalla. Han destruido la escuela pública, liquidandola al mundo del mercado, haciendo de las escuelas y universidad un herramienta funcional solo a las necesidades del mundo del trabajo. Es más fácil gobernar a un pueblo ignorante, y saben que los que no pueden acceder a la instrucción no tiene las herramientas necesarias a comprender el presente y a rebelarse.

Han destruido las ciudades a través de los procesos de gentrification, creando grandes barrios-dormitorios, alrededor de los barrios-escaparate donde consumar y concluir contractos. Las dimensiones de relación social autónoma y de autorganización en el corazón de las ciudades, están combatidas porque donde la socialidad es comercializada es más fácil controlar a las personas, además que hay más beneficios.

La precariedad ha llegado a ser permanente, característica de la vida  antes que del trabajo. Uno de cada mil acaba vivir bién en un sistema que nos quiere a trabajar por migajas que no nos permiten vivir en manera digna, y que nos pone en competición, uno contra el otro, por unos euros.

En ese contexto llamamos a un encuentro las realidades de Europa y Mediterráneo que intentan construir territorios solidarios y resistentes, a través la reapropiación cotidiana de lo que necesitamos para cumplir las necesidades del 99%, la solidaridad y la ayuda mutua! creando espacios de libertad.

En muchos lugares la lucha por derecho a la vivienda ha representado un terreno de conflicto que supe ser útil a recomponer las luchas de estudiantes, precari@s, desemplead@s, pobres y empobrecid@s, habitantes de las viejas periferias y de los nuevos barrios-escaparates y ha unido una composición social mestiza, primer antídoto al surgimiento de fuerzas racistas y nacionalistas. Una lucha que se ha articulado a través de las practicas de ocupación de los edificios dejados vacíos por la lógica loca de la especulación inmobiliaria, de la auto-recuperación, de la organización desde bajo de asamblea de barrio y de redes contra desahucios, desalojos y ejecuciones hipotecarias, a través de la denuncia de la voracidad del sistema bancario.

Reapropiarse inmediatamente de una necesidad, poner en relación una comunidad solidaria que empieza autodeterminar su propio territorio, entretejer luchas y reivindicaciones sociales… esos son los ingredientes de las luchas que han hecho del ayuda mutua una ocasión de respuesta a la crisis y, al mismo tiempo, de organización.

La lucha por la vivienda ha representado, en las metrópolis, una forma de estas luchas, capaz de hablar el mismo lenguaje de las luchas por los bienes comunes desarrolladas en contextos no metropolitanos, de frutar la rabia de las explosiones de las banlieues europeas dentro de un proyecto político de liberación, construyendo conflicto radical y consenso social alrededor la necesidad de auto-organizarse. Y es de esta concreción que queremos empezar de nuevo.

En Italia la red de Abitare Nella Crisi (Habitar en la crisis) ha puesto en conexión luchas que en los territorios, en la reapropiación y en la ayuda mutua han encontrado una alternativa y una forma de resistencia desde bajo a la crisis. Esta red ha construido la manifestación del 19 de Octubre 2013, día en el cual más de 100.000 personas han bajado en las calles, asediando los palacios del poder para pedir casa y ingresos para tod@s.

Desde esa experiencia, proponemos un encuentro transnacional, para empezar de las luchas, poner en común experiencias, practicas, lenguajes, para crear sinergías, mecanismos de comunicación y redes de ayuda mutua de carácter transnacional y empezar junt@s un proceso de levantamiento solidario y sin confines.

El encuentro será en Milán, el 14-15 Junio, con llegada del 13, en Spazio di Mutuo Soccorso (Espacio de Ayuda Mutua), en Piazza Stuparich 18, donde se asegura también hospitalidad.